
No te quitarías la cara que te pusieron aunque te lo suplicara todo el mundo. El lugar donde naciste no lo cambiarías aunque lo pensaste por unos segundos. Cuánto es lo que das, cuánto es lo que quitas, cuánto pedirías si te dieran la oportunidad. Nadie tiene más, nadie tiene menos, todos tienen nada más que un hambre que no parará. Y no, no quiero parecerme nunca a nadie más, ni a ti, ni mí, ni a él, ni a ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario